¿QUÉ VAN A VOTAR EL 23-J?

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omos todos conscientes de lo que nos jugamos el próximo 23 de julio. Y, sin embargo, muchos van a salir, como hacen siempre, a votar a «su partido», a «su candidato». Esto, con ser normal, no es óbice para que demasiados, simplemente, tiren su voto a la basura.

¿Han considerado por una vez a quién van a votar en realidad? Suponemos que no demasiado, pero para eso estamos. Huelva se juega cinco diputados al Congreso y cuatro senadores. Vamos, que muchos de ustedes creerán que votan a Abascal, o a Yolanda Díaz y no, ni por los pelos. Votan agente como María Luisa Faneca López, para que gane un puesto cuasi vitalicio y, con ello, dé por finalizada una pingüe «carrera política», caracterizada por la enorme deuda que dejó en Isla Cristina y por la nada en otros aspectos. Eso sí, según ella dice, como su comadre, la señora Limón (dos cabalgan juntas), que luchará(n) a brazo partido por los onubenses. Luego van ustedes y se lo creen. Su voto va a financiar a dos que, fuera del partido, no dieron nunca un palo al agua.

¿Han evaluado, de paso, lo que significa votar por Yolanda Díaz? Su escasísima implantación en el territorio onubense les debería emplazar a votar el original y no la copia. O, en su caso, quedarse en su casa, porque este voto va directamente a la basura, o, en su defecto, a los dos partidos mayoritarios.

Y, por fin. ¿Van a votar por Vox? No dudamos de que hay quien tenga esa querencia, pero en Huelva, la cuestión es que la implantación en el territorio y el fuerte empujón que dio el 28-m al PP, hacen que la ley electoral vaya a primar a las listas más votadas, cerrando el paso, casi a cal y canto a los posibles candidatos de Vox. Y hay, si acaso no lo han pensado, el factor «provincia». Si realmente son de derechas y saben qué es lo que se juega, una victoria «popular» en Huelva haría más real que ese partido llegase a los 160 diputados. No es una provincia cualquiera. Que los votos emitidos a favor de Vox vayan a la basura o se conviertan en votos útiles, depende del buen sentido de los militantes verdes. Casi todos, alguna vez, fueron del PP.

En sus manos está que el felón siga otros cuatro años en La Moncloa. Sus votos, tomen si no los resultados de la últimas municipales, están a un tris de irse por el desagüe. Ustedes deciden.

MOVING ON SKIFFLE.

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El último álbum de Van Morrison vuelve a rendir culto al estilo que, partiendo de Nueva Orleans, acabó retorciéndose y haciéndose mayor en Irlanda (Belfast), donde podemos citar como su precedente al excelente «Skiffle Sessions». Además, y no debe sorprendernos, es un excelente trabajo, donde Morrison vuelve a exhibirse en plena forma. El disco, en formato vinilo, se desdobla en dos Lp, con una presentación donde destacan las notas de Jimmy Page sobre el mismo.

Así que no perderemos tiempo en alabar algo que, de por sí, es perfecto. A nosotros nos llegó en edición digital que, una vez practicado el procedimiento anti brickwalling, se nos quedó en unos respetables 12 dB de Rango Dinámico (DR).

El caso es que hay quienes, felices de haberse conocido, interpretan que esta edición (vinilo) es lo mejor que puede obtenerse, por más formatos que existan. Obviando lo que se necesita para que un vinilo suene como debe, esto es, un equipo de Alta Fidelidad que alcance el nivel de High End (Máximo Nivel), diremos algo que, tal vez, les haga reflexionar sobre cómo, en realidad, funciona el negocio de la música.

El factor primario de la grabación de un álbum es su producción. En este caso, como casi en todos, es obligatorio grabar el trabajo en cintas. La sección de producción en este álbum está compuesta por:

  • Tony Cousins – masterización
  • Katie May – ingeniera asistente
  • Ben McAuley – grabación, mezcla
  • Oli Middleton – ingeniero asistente
  • Van Morrison – producción

La cuestión que hay que llevar al ánimo de estos felicísimos consumidores es que la masterización no se realiza en el medio analógico, sino en el digital, es decir, en el DSD (Direct Stream Digital), con todos los defectos que los vinilófilos le achacan. La pregunta es, pues: ¿cuánto de esos defectos siguen presentes en el resultado final? Dicho de otra forma, ¿desde dónde pasa el álbum a vinilo, desde el medio digital o desde el analógico? Y ese analógico, ¿desde dónde se produjo?

A quién no sea muy experto, le será fácil adivinar que el vinilo es una forma más en la que la industria hace oro de estos trabajos, nuevos, como de los de antes, los que marcaron el rumbo de la música popular desde los años 50 del pasado siglo.

Entonces, ¿por qué unos vinilos suenan muy bien y otros fatal? ¿Por qué ocurre lo mismo en el medio digital? Es relativamente fácil de comprender. Todo está en el inicio: La potencia de la TOMA (The Take, en inglés).

Por poner un ejemplo, que no sea del bueno de Van Morrison. Hoy hemos oído el rip (digital) del vinilo que soporta el trabajo de Yes: The Ladder. La cápsula que ejerce la captura puede ser considerada como de orden introductorio o de gama media baja. Una AT de doble imán móvil (¡Ah, los vinilófilos de las cápsulas de bobina móvil!). El equipo asociado para la conversión a digital es, sin duda, un High End.

El resultado es un rip cristalino, sin llegar a lo clínico o quirúrgico, perfectamente articulado y con un balance tonal que se funde con la realidad de los instrumentos y las voces. El trabajo es un doble Lp, para que sirva de guía a quien nos lea y poder conseguir el álbum. Lo hemos oído en un DAP, pero también en un modesto equipo de PC 200 euros de precio total), teniendo como player al famoso reproductor Roon.

Solo unas notas sobre el álbum:

«The Ladder es el decimoctavo álbum de estudio de la banda inglesa Yes, lanzado en septiembre de 1999 por Eagle Records. La banda se mudó a Vancouver, Canadá, trabajando con el productor Bruce Fairbairn, quien murió repentinamente durante la etapa de mezcla del álbum. Masterizado por George Marino».

George Marino fue un excelente mezclador y remezclador de discos a los que elevó a cotas muy altas de sonoridad y que están en nuestra memoria colectiva (George Marino discography – Wikipedia). No es casualidad que sus vinilos suenen tan bien. También lo hacen sus SACD y sus CD. Su «Take» es sorprendentemente buena. Y hasta el equipo más endeble es capaz de mostrarnos la calidad de sus masterizaciones, independientemente de cuál sea el formato. Estamos incluyendo las relativamente nuevas páginas de venta «Stream» como puedan ser Tidal o Qobuz.

Si, como decimos, suena bien donde lo pongas, ¿conviene gastar un dineral en un equipo que lleve al vinilo a un nivel inalcanzable para los presupuestos modestos? ¿Tanta diferencia encontraremos entre uno y otro? Y lo que es más preocupante: ¿Por qué los dueños de los vinilos de última generación los estrenan haciendo un «rip» para tener el primer sonido del disco en el medio digital? Se lo vamos a aclarar. El vinilo sigue siendo ruidoso, carente de dinámica (excepto si se dispone de una Clearaudio GOLDFINGER DIAMOND V2, que alcanza los 100 dB de Rango dinámico) y que se degrada sin que podamos hacer nada por evitarlo.

Un último consejo. Si tienen la posibilidad de que esos rips se lean a través de un buen DAP y su correspondientes auriculares en consonancia, se darán cuenta de que el vinilo no es tan bueno, ni tan malo como unos y otros lo pintan. El modelo de cadena Hi-Fi que les proponemos se acerca a los 1200 euros en total. Una suscripción a cualquiera de las tiendas mencionadas es lo que falta. Tendrán los máster originales y certificados de sus mejores discos. Y no se degradan ni se desgastan. Se descargan directamente al DAP y se oyen al instante. Caben en una Mini-SD de las que usan ustedes en los teléfonos inteligentes. Nosotros tenemos un DAP con dos de estas tarjetas y hay almacenados en ellas la friolera de 150 álbumes (High Resolution Music) que deberían, por su calidad, estar en toda buena discoteca de cualquier melómano. No les decimos más.

Es una opción, pero bastante exitosa y de un nivel de excelencia tan alto, o más, que el que los felicísimos dueños de los nuevos vinilos quieren hacernos creer que son. En realidad, la industria nos está vendiendo el mismo perro, con alguna variación en el collar. Los extremos, como ven, se tocan.

PACTO DE PERDEDORES.

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Muchos socialistas tienen la memoria frágil, o más bien, selectiva. Esto es, que se acuerdan de lo que le convienen. El señor Vara, presidente en funciones de la Junta de Extremadura, es uno de ellos. Refrescar la memoria, en un ordenador, es la tarea que hacemos con el fin de que disponga de la máxima posible, para seguir trabajando. Sin memoria, no somos nada.

Transcurrían 48 horas de las elecciones anteriores cuando, faltando a la verdad, a su partido y a sus votantes, el señor Sánchez se encamó con el señor Iglesias, cuando había renegado por activa y por pasiva de él porque, según decía, no podría dormir si lo hacía. No se quedó ahí, sino que se encamó con ERC y Bildu, además del PNV y todo lo que pudo arramplar en el pacto «Frankenstein».

Los pactos del PSOE con quién sea no son siempre de ganadores, sino con quien le garantice la silla. ¿O no fueron esas las razones que motivaron las mociones de censura en Madrid, Murcia y Castilla-León?

Aquí en nuestra ciudad, tenemos un bellísimo ejemplo. Corrían los finales de los años ochenta y principios de los noventa cuando, tras haber perdido las elecciones, un líder del PSOE cedió todos sus votos a un partido que solo había conseguido 2 concejales, por el mero hecho de que no gobernaran los que habían ganado las municipales.

Más allá de estas salidas de patas de banco, Vara no puede decir que la candidata popular ha cambiado de palabra, que también, pues el primero que lo hizo fue él, que, según sus palabras, debería estar en su casa. Las políticas, según el señor Zapatero, no deben estar al servicio de las palabras, sino éstas, al servicio de la política. Tiene que ser así, ya que el señor Sánchez dice que el no miente, sino que cambia de criterio.

LOS CHIVATOS.

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Después del pacto en Extremadura, se ve claro qué quería Buxadé y, por ello, Abascal. Por supuesto, no querían ni siquiera una consejería de la Junta de Extremadura, puesto que se han conformado con media y, además es, cuando menos, poco importante.

El experimento que se llevó a cabo en Valencia ha puesto en un brete a María Guardiola, puesto que ha dado lugar a que Vox pueda ejecutar un jaque doble a todas las investiduras que pretenda hacer el PP. Ya saben que, en este tipo de jaques, el jaqueado pierde algo, siempre.

Así que las prisas de Mazón hicieron posible el chantaje de Vox en Extremadura.

Lo único que quiere Abascal es tener chivatos en los próximos gobiernos de «coalición», ya que las urnas no le otorgaron el número de votos/escaños necesarios.

La cuestión es ver que, al avanzar la legislatura, no acabe pasando lo que a Cs en Andalucía. Es decir, que la gente de izquierdas acabe votando en las próximas al PP y Vox desaparezca, si alguna vez debió existir, que también.

El chivato es, en política, una manera de abarcar la superestructura, cuando no se tiene la infraestructura necesaria, que es justamente lo que le sucede a Vox.

LOS RECORTES DE LAPORTA.

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Con un pasivo de 2.800 millones de euros, el actual presidente del Barça está haciendo lo que debe: pagar. Él no es, ni directa ni indirectamente responsable de lo que tiene que hacer, pero sí sabe que es lo que toca y su mano no está dudando. Parece que fuera un cirujano con un bisturí controlado por una computadora. Le aplaudimos el trabajo y deseamos que lo termine adecuadamente, lo cual redundará para bien de su club y para sus socios.

¿Alguien imagina, dentro del mundo culé o fuera de él, que sus actos son de fácil digestión? Para nada. En un país donde el Gobierno gasta como si no hubiera un mañana, el señor Laporta es una rara avis. Y lo es porque sus antecesores se endeudaron, como el Gobierno, hasta más allá de las cejas, como si ese mañana no fuese a llegar. Pero llegó. Y como las deudas son privadas, o pagas, o te embargan y sabe bien el señor Laporta, los perjuicios que eso comportaría para un club señero como es el suyo.

Pues bien, con un pasivo de 1,5 BILLONES DE EUROS (la deuda actual del Reino de España), el Gobierno sigue gastando sin límite, faltando al respeto a todos los españoles. ¿Cómo? Pues que lo sepan todos ustedes, son ustedes quienes pagan la deuda del señor presidente. La presión fiscal en España es de las más altas que hay en la OCDE, sin que eso vaya aparejado con el sueldo medio de los españoles. Es decir, que gasta como quiere y luego, lo fía todo a que la gente pague lo que él deja a deber. Es lo natural en el manejo de las cuentas públicas por parte de los socialistas. González dejó una deuda que hubo de pagar Aznar; Zapatero dejó no solo una deuda, sino una crisis que todavía perdura y de efectos nefastos en una generación que despuntaba y que hubo de pagarse por el gobierno de Rajoy y el señor Sánchez nos va a dejar el mismo marrón multiplicado.

Todos sabemos que esas deudas han de pagarse. Ya hay precedentes de impagos en esta legislatura, que están dejando al pie de los caballos la reputación de España en los mercados crediticios de todo el mundo. Se están embargando ya bienes españoles en el extranjero. Antes de que suceda, les aseguramos que esa deuda enorme, se pagará más temprano que tarde. Sea el señor Sánchez quien gobierne, o sea el señor Feijóo, ustedes serán los paganos de esta política endemoniadamente equivocada de los gurús económicos del PSOE. Si les parece que los alimentos están caros, verán lo que sucede cuando Bruselas imponga un techo de gasto (recortes) para ir pagando lo que se debe. ¿O es que ustedes no saben que si en su casa gastan más de lo que tienen, alguien les demandará y el juez les quitará dinero de la nómina para pagar lo que se adeuda?

Es tan simple como eso. Debes, pagas. O te embargan. Ese es el reto de la próxima legislatura. Esperen y vean, porque la deuda se paga. Sea al tendero de la esquina o al BCE. Debes, pagas.

O te embargan.

COMPRAMOS MENOS, CON TODA LA RAZÓN.

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Los políticos creen que el conjunto de las personas de España, son tontas, que no saben lo que hacen y, por ello, hay que pastorearlas e, incluso, decidir qué deben hacer y qué no, por quién deben votar y por quién no, etc.

Pero la verdad es la verdad, lo diga Agamenón o su porquero. Vamos a exponer dos casos que dicen muy a las claras, lo equivocados que están y hasta dónde nos faltan el respeto. Uno será el resultado de las pasadas elecciones municipales y autonómicas y el otro, la reducción del gasto por parte de las familias.

El Gobierno se desgañitó exponiendo toda su serie de bondades realizadas durante la legislatura que ahora acaba. Y lo hizo con los medios disponibles, o sea, por tierra, mar y aire. Entonces, ¿a qué venía el sopapo que los españoles, en general, le propinaron? Hay gente que, decididamente, no aprende. Y la de este Gobierno, parece que pertenece a este conjunto desnortado incapaz de absorber ni una gota del conocimiento de la gente. El serio aviso debería haber hecho comprender al Gobierno su equivocada trayectoria. Mucho nos tememos que no ha sido así.

La economía mundial, la guerra de Ucrania, los extraterrestres, la Covid y mil razones más, han hecho que la gente no tenga ni para llegar a fin de mes, en el mejor de los casos. Los gobernantes se han mostrado ineficaces de solventar el problema de la inflación y las medidas monetarias de BCE solo han servido para aumentar el suplicio de los más desfavorecidos. Sí, aquellos a quienes este Gobierno dijo siempre que iba a proteger. Pero la gente, con su infinita sabiduría, intuición e instinto, ha hecho realidad su arma contra la inflación: la destrucción de la demanda. Es la segunda ley máxima del capitalismo. Aunque la primera dice que la inflación se regulará según la ley de la oferta y de la demanda, nadie explicó cómo funcionaba, de verdad. La gente lo ha entendido muy bien. No compramos. Este simple, pero eficacísimo recurso de la gente ha hecho retroceder a las políticas alcistas, puestas en marcha por los sectores de las finanzas y del consumo. En los próximos meses, se verá cómo los precios se detienen en su loca carrera alcista. Ya pueden los políticos ponerse las medallas. El triunfo sobre la inflación será de la gente, o no será.

POR FAVOR, RECUERDEN ESTO…

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H

oy es el Día de la Mujer y nuestras felicitaciones por ello. Pero, además, y contra el olvido, desde aquel 8M de hace tres años, han ocurrido demasiadas cosas que algunos recordamos. Como, por ejemplo, las recopiladas por Luis Ventoso en su columna de El Debate y que vamos a reproducir aquí debajo, no sin antes recordarles que sin memoria, no hay futuro, que antes que el morado, está el negro de los muertos, que antes de las mentiras, está la verdad de los hechos.

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Recuerdo que el 31 de enero de 2020, Estados Unidos cerró las puertas a todo viajero que hubiese pisado China y que poco después el coronavirus obligaba a encerrar a media Lombardía, en nuestra vecina Italia. Pero aquí teníamos un Gobierno instalado en la inopia. Recuerdo que el 16 de febrero el referente sanitario del Gobierno, el torpe doctor Simón, declaraba que «en España ya no hay casos y no ha habido transmisión local del virus». Recuerdo a Nadia Calviño tranquilizándonos muy flemática con su vaticinio de que los efectos económicos de la crisis serían «poco significativos».

Recuerdo que el 4 de marzo, a solo diez días del estado de alarma, Fernando Simón explicaba que no tenía sentido cerrar los colegios, ni suspender los actos públicos masivos. Recuerdo que el Gobierno ignoró las voces de alarma que circulaban por todo el planeta, porque por sus obsesiones sectarias prefirió primar una asistencia masiva al 8-M, fiesta patronal del «progresismo». Recuerdo que cuando la epidemia estalló con toda su virulencia, el Gobierno estaba fuera de juego y no tenía ni mascarillas, ni equipos básicos de protección para los sanitarios. Recuerdo que The New York Times, la biblia del izquierdismo, apodó a los médicos y enfermeros españoles como «los kamikazes», porque batallaban contra el virus sin el material profiláctico obligado, debido a que el Gobierno «progresista» era incapaz de facilitárselo.

Recuerdo que Sánchez pasó súbitamente del estado de inopia al estado de alarma. Nos encerró de manera anticonstitucional, según ha establecido una doble condena del TC, y organizó una okupación propagandística de la televisión, de una intensidad que solo se ve en los regímenes totalitarios. Recuerdo aquellos insoportables «¡Aló presidente!» de autobombo. Recuerdo que a un general de la Guardia Civil se le calentó la boca en una de las ruedas de prensa perennes y reveló que tenía órdenes de vigilar la prensa y las redes «para minimizar el clima contrario a la gestión del Gobierno» (lo cual se llama censura).

Recuerdo que el presidente del Gobierno no mostró un ápice de humanidad con las miles de familias españolas que estaban perdiendo a seres queridos (vetó el luto oficial y solo hizo una visita de media hora a un hospital en toda la crisis). Recuerdo cómo se manipulaban sin pudor los datos de fallecidos. Todavía hoy no conocemos la cifra real de muertos (se habla de 119.000 en estos momentos, pero pueden ser tranquilamente 40.000 más). Recuerdo que se invocaba un comité de expertos que al final no existía. Recuerdo que para hacerse propaganda Sánchez se inventó un informe de la Universidad John Hopkins sobre los test que se hacían en España (que tampoco existía). Recuerdo cómo se organizaban en el centro de Madrid tremendos despliegues policiales para acongojar a cincuenta o sesenta personas de derechas que tenían el valor de salir a la calle a protestar contra la gestión del Gobierno. Recuerdo al vicepresidente Iglesias anunciando con máxima impostación propagandística que se hacía cargo personalmente de la gestión del drama de las residencias. Pero nunca más se supo de él. Recuerdo que en la primera ola figurábamos sistemáticamente entre los cinco países con más muertos por millón de habitantes. Pero Sánchez no se daba por enterado.

Recuerdo a Nadia Calviño prometiendo que la economía despuntaría como un cohete en 2021 y que saldríamos «más fuertes». Una mentira que acabó en la mayor caída del PIB de toda la OCDE. Recuerdo que el 4 de julio de 2020, Sánchez proclamó que habíamos «derrotado al virus» y nos animó a «disfrutar de la nueva normalidad», porque le venía bien ofrecer buenas noticias en víspera de las elecciones gallegas y vascas. Recuerdo que cuando el virus volvió a despuntar con fuerza, se largó de vacaciones a La Mareta, le endosó la gestión de la covid a las comunidades y lanzó como cortina de humo una campaña desaforada contra el Rey Juan Carlos (que acabó provocando su insólito destierro).

Recuerdo que cuando por fin llegaron las vacunas, Sánchez se puso la medalla, cuando las había comprado la UE y las habían distribuido las comunidades. Él no había pintado nada. Recuerdo los tardíos y gélidos homenajes a las víctimas, con un pebetero cursi, estética new age y proscribiendo toda oración cristiana en un país mayoritariamente católico. Recuerdo al flemático Illa, un filósofo al que Sánchez había colocado en el Gobierno solo para engrasar los apaños con los separatistas catalanes, que no sabía por donde le soplaba el aire.

Recuerdo, en resumen, un cúmulo de incompetencia, embustes, propaganda extenuante y falta de previsión. Y me resulta pasmoso que gran parte de la sociedad española ya se haya olvidado de todo aquello y lo dé por amortizado. Por favor: no olviden lo que pasó en España hace tres años y quién hizo lo que hizo.

[.]

Recuerden qué hubiera pasado si todo esto y mucho más hubiera sucedido con un gobierno de la derecha. Recuerden siempre, porque la izquierda no debería tener una bula papal para seguir haciendo disparates. Los disparates, las ineptitudes, las incapacidades, matan.

Recuerden el día de hoy, el comienzo de uno de los capítulos más negros de nuestra aún joven democracia.

«AND THE DAMAGE DONE».

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l daño ya está hecho. Y no hay vuelta atrás, por aquello de la seguridad jurídica. Lo que una Ley sanciona, no puede revertirse por una nueva. Los delincuentes afectados por la Ley de Libertad Sexual, seguirán saliendo o, en su defecto, verán rebajadas sus penas, según los preceptos a que obliga la citada Ley. Caminamos hacia los 400 casos de delincuentes sexuales que han visto recobrada su libertad o rebajadas sus penas.

Cantaba Neil Young en su canción «The Needle And The Damage Done» los efectos de la adicción a la heroína y los daños causados entre sus propios amigos y músicos. Esta Ley tiene el efecto endemoniado de volver a enfrentar a las víctimas con sus agresores, cuando era encomiable el esfuerzo de este gobierno para que sucediera lo contrario. Se dejaron demasiadas cosas por hacer, se obviaron demasiados informes de quienes sabían lo que iba a suceder con la redacción de la misma. Solo prevalecieron dos cosas: el sectarismo de quien elevó al Consejo de Ministros la redacción de la Ley y quien le dio el visto bueno. Siendo el gobierno un órgano colegiado, todos son culpables por acción u omisión de que este engendro saliese en el BOE. No queda ahí la cuestión. El Congreso de los Diputados también es culpable, pues se votó con la mayoría de los diputados Frankenstein.

No van a hablar de responsabilidades o culpas. Ellos nunca se equivocan. Ellos son la verdad. Ahí están los testimonios de apoyo del presidente a una Ley que «caracterizaba el matiz progresista del mismo y que sería aplaudida e imitada en Europa». Solo cuando el número de casos amenaza la supervivencia misma del fantasma de La Moncloa, se decide el máximo responsable a modificar algo que, en buena lid, debería ser retirado por completo. No obstante, se empecina en el error, que él cree sabiduría. Tramitará la reforma de la Ley como proposición de Ley, para no tener que oír las cuitas de la oposición, entre otros. Pero, ¿será capaz de incorporar a la misma lo que dicen los informes del Consejo de Estado, los reproches del CGPJ, los de la Justicia o los de los cuerpos de seguridad del Estado? Mucho nos tememos que solo será un lavado de cara, que solo aumentarán las penas por delitos sexuales, que no podrá enmendar los errores en que se incurrió con la redacción anterior, y se acabó lo que se daba.

No insistimos en la dimisión de la ministra Montero. Si esto hubiera sucedido con un gobierno conservador, seguro que hubiera habido incluso una moción de censura. Ella no tiene conciencia del daño hecho. Le importa un bledo lo que hace una aguja en forma de Ley a las mujeres a quien se pretendía defender y han acabado siendo enfrentadas a los mismos agresores. Si alguien con conciencia de la responsabilidad de sus actos, estuviera al frente de ese Ministerio, no estaríamos hablando de nada. Como ejemplo, la dimisión de la Primera Ministra neozelandesa: dimite por incapacidad en el cargo.

Hay que saber cuándo se es parte del problema y asumirlo. Y si se asume, el camino directo es la dimisión. No la hacen dimitir porque son conscientes de que son todos culpables como ella. Todos aplaudieron la Ley, todos la votaron, todos rubricaron con su firma o voto lo sensacional que era.

Nosotros pensábamos que estas cosas no pasaban ya en España.

Pero el daño ya está hecho. ¿Proteger a las mujeres? ¡Vamos, anda!

Neil Young (Unplugged): The Needle And The Damage Done.

¿DÓNDE ESTÁN LOS RÓTULOS DE NUESTRA CALLE?

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stamos en Isla Cristina. Y en el siglo XXI. Se supone que los ciudadanos que somos contribuyentes, así como aquellos que no pueden hacer frente a las cargas municipales, tenemos derechos. No hablamos de derechos con mayúsculas, pues los suponemos garantizados, sino de aquellos que se suelen pasar por alto.

Vivimos, como otros vecinos, en la Calle Viudas. Está situada entre el Paseo del Chocolate y la Calle Baja. Resulta que hace más de una década, se otorgaron los obligatorios permisos de obras en ambas esquinas, que dan, tanto a la Calle Sur, como, en el lado opuesto, a la Calle Canet de Mar. En ambos extremos había un rótulo, exactamente igual que en las demás calles de la ciudad.

Rótulo desaparecido de la Calle Viudas, Isla Cristina (Huelva).

Las obras terminaron y de los rótulos no se volvió a saber. Ni los dueños de los nuevos edificios, ni el propio Consistorio, tuvieron a bien, según corresponda, devolver los rótulos a sus primitivos emplazamientos. Así que vivimos en una calle sin nombre. Esta circunstancia acarrea no pocos problemas a los vecinos, ya que encontrarnos es tarea difícil, a no ser los carteros, que saben muy bien en qué calle están. Pero otras personas, isleños de fuera, y transportistas se desesperan porque no logran ubicar la calle en sus rutinas de entrega.

Rogamos a nuestro alcalde y a su recto proceder, tenga a bien acordarse de calle con tanta solera en nuestra ciudad y, tal y como ha repuesto la iluminación, cosa que aplaudimos sonoramente, haga lo mismo con los rótulos, recurriendo para ello a quien corresponda del Departamento de Obras y Servicios del Ayuntamiento de su docto mando o cualquiera otro desde donde podamos volver a disfrutar de nuestro pequeñito derecho.

Desde estas líneas nos congratulamos con que sus gestiones den el resultado apetecido, ya que nos consta su enorme capacidad de solución respecto de los problemas isleños, siendo este un problema menor. Gracias de antemano, de parte de todos los vecinos de la Calle Viudas.

MUNICIPALES.

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l poder omnímodo de PSOE y sus aliados se juega no solo en las elecciones autonómicas, sino en mayor medida, en las municipales. No es hora de señalar los errores y sectarismos sufridos por los españoles durante estos años de legislatura. Baste decir que casi se han asaltado las columnas constitucionales de nuestro Estado de Derecho.

Aunque puede que no lo sepan, el PSOE comprendió, desde el primer minuto que, si quería quedarse con el poder por mucho tiempo, tenía que establecer estrategias en los cimientos del sistema que heredaba, de manera que fuese casi imposible hacer real la alternancia democrática. Y adoptó la estrategia que había hecho longevo al dictador: quedarse los nuevos cortijos, ellos, que ahora eran los nuevos caciques, a base de voto cautivo, enchufes, paguillas, ayudas, entes creados ad hoc, empleos para los acólitos en los municipios y corrupción por doquier.

Así nacieron las taifas, de la que Andalucía fue, y sigue siendo en gran manera, el ejemplo más palpable de lo que decimos. Y es así no porque queramos inventarnos nada. Sepan que la alianza entre los municipios y las diputaciones provinciales es el eje vertebral del poder socialista, no ya en Andalucía, sino en toda España. Ese nudo gordiano que provee, cual maná, a los municipios provinciales que le son afectos, de unos ingresos que otros, al disentir, pierden, o reciben en cantidades que no responden a la categoría que se les supone.

En nuestro pueblo, seguimos padeciendo una tristísima anormalidad democrática: existen varias bolsas de voto cautivo, que hacen de muro de contención para poder pensar siquiera que la diputación provincial peda cambiar de manos, que la ciudad pueda despegar económicamente y que la gente, siquiera, pueda votar en libertad.

A nadie se le escapa que existe un grupo, que sigue llamándose a sí mismo «andalucista», que vota con la fe del converso a no se sabe bien qué, pero sí a quién. Este fenómeno sigue llevando al personaje que los lidera en volandas, de forma y manera que su concurso no puede faltar a la hora de confeccionar el futuro gobierno de la ciudad. Influye de tal manera que la ciudad no fluye, no rompe, no abraza ningún futuro. Pero, el efecto colateral de quienes así votan es que provocan la invisibilidad política de nuestra ciudad y la desertización de su red económica.

Otro bloque, escindido del anterior, usa las consabidas reglas del «envolverse en la bandera», y vota de la misma manera que la del anterior, con la misma fe, sin saber por qué ni para qué, salvo el consabido cautiverio del voto y los beneficios que se derivan de dicho voto, evidentemente alienado. Su influencia es algo menor que la del grupo anterior. Ello no significa que no lleve las intenciones de ser decisivo en la conformación del gobierno del consistorio. Si no lo logra, sus votos son como agua por alcantarilla, fluye, pero no obra los milagros necesarios.

Los bloques citados siguen existiendo por la inquina entre sus dos líderes, anteriormente grandes amigos y colegas en la gestión municipal, donde fuimos testigos de hasta dónde se puede llegar para captar recursos para el patrimonio propio.

El PSOE, en sí, está en decadencia, aunque no muy evidente todavía. Hay algún muñidor (¿no los hay siempre?) que se encarga con mano de hierro de hacer votar a todo aquel que sea necesario como para dominar la cúspide del consistorio, es decir, la figura del alcalde. Siendo así, y esa es la realidad, las votaciones en las elecciones municipales solo sirven para que la larga mano de la diputación provincial ponga a los isleños en franca desventaja respecto de otros municipios y ayude a que esos dineros se repartan entre los votos cautivos de toda la provincia, con independencia de quiénes necesiten salir de su propio marasmo como es el caso de nuestra ciudad.

La derecha anda de capa caída. A estas horas, los populares isleños no saben, no contestan, cómo se presentarán a las urnas municipales cuando toque. No se muestra actividad alguna y el partido parece un encefalograma plano. Lo lógico sería tener una organización sólida, con un líder con las ideas claras y una intención más clara todavía: unir a toda la derecha, de manera que el bloque de izquierdas (PSOE + UP) no tuviera más elección que claudicar.

Porque, verán ustedes, un líder de la derecha con las ideas claras, habría visto que los dos partidos (andalucista y el que se enfunda en la bandera), son de derechas. Aunque ni ellos presten atención a ello lo más mínimo. Dada la longevidad casi extrema de sus líderes, sería hora, junto con los que hoy se hacen llamar Ciudadanos y Vox, de llamar a una gran coalición que deshiciera el nudo gordiano del poder socialista.

A estas alturas, los partidillos deberían hacer examen de conciencia y convenir en que no forman parte de nada, no son solución de nada y no ofrecen nada, más allá de los favores que da el pesebrismo y el filibusterismo políticos. Es hora ya de que converjan en una alternativa de pujanza económica, de renovación de las apuestas y de resurgimiento de nuestra ciudad. El PSOE y la estructura micronizada de nuestra política no nos han traído nada, salvo la decadencia y la irrelevancias dentro de lo que un día fue nuestra ciudad.

Parece ardua la tarea. Pero más dura será si no nos ponemos a ella más temprano que tarde. Necesitamos políticos que trasciendan el marco taifal en que estamos inmersos. Seguir así es condenarnos a nosotros mismos a una lánguida y adormilada muerte como ciudad y como pueblo.

En estos días se han iniciado unas obras que nunca debieron haberse comenzado. El poder inmenso de los líderes anteriores del PSOE, apoyado de manera indirecta por estos que dicen defendernos y promocionarnos, nos llevó a construir una Plaza de las Flores que solo ha resistido 22 años. El Mirador de Poniente, diseñado hace ahora la friolera de 25 años y que se iba a construir para antes de ayer, vuelve hoy, de la mano de una empresa que nadie conoce (promotora también de la obra de la Plaza de las Flores), de la cual no conocemos sus presupuestos y de la que no sabemos tampoco qué durabilidad tendrán (la una y la otra). Dicen que el dinero viene de Europa. Sí, porque Europa nos regala el dinero y nosotros no se lo devolvemos a cambio de la presión fiscal municipal más alta de nuestra provincia. No parece si no que nos toman por idiotas. O tal vez lo seamos, que todo puede ser.

Todo convergerá en Mayo, cuando toquen las elecciones municipales. Quién sabe si, para entonces, hayan arrasado, de una puñetera vez, con las losetitas de gres de la Calle del Carmen, con las mismas de los Paseos de los Reyes y del Chocolate, las del Paseo de las Palmeras y, de paso, con los horrorosos bancos de mampostería diseñados al calor del Plan E de Pepeluí. Se habría perdido, en palabras de doña María Luisa Faneca «una playa» por el color amarillo (arena) y azul (agua de mar) de las dichosas losetitas. Lo que no habrá desaparecido será la enorme deuda que nos dejó, que pagamos religiosamente todos los isleños contribuyentes durante todo el año. Y si no pagan, les embargarán las cuentas.

Esta realidad miserable de nuestro pueblo es la que nos han preparado quienes nos iban a rescatar del letargo. El reguero de paro, la larga lista de personas en comedores sociales no solo es el resultado de estas políticas rácanas, que se dirigen desde fuera de nuestro pueblo, sino que son el resultado del enorme «gasto social» del gobierno central que nos ha llevado a tener una deuda de medio billón de euros más de la que había, obligando a una recaudación por parte del Ministerio de Hacienda como nunca se había visto en la historia de nuestra democracia. Recuerden porqué casi no llegan a fin de mes.

Rompan el nudo, únanse, proyecten nuevas ideas, jubilen a los inservibles, den oportunidades a los jóvenes bien formados, caduquen viejas estrategias políticas, echen de sus poltronas a quienes solo se sirven de la política para sus propios intereses. Ya es hora.

Todo eso nos jugamos en las próximas elecciones municipales. O no. Igual no hay nadie reflexionado sobre el poder de su voto y estos comicios serán una repetición de todos los anteriores. En sus manos está el comienzo de un futuro mejor para sus hijos y sus nietos, para su pueblo y su relevancia en el devenir económico y social de nuestra provincia. Hay que derruir la causa: el neocaciquismo taifal y pesebrista a que nos tienen sometidos los señores del consistorio.

En las Elecciones Municipales.